FÁRFARA II, ‘telilla que tienen los huevos de las aves por la parte interior de la cáscara’, origen incierto, quizá del ár. hálhal adj. ‘claro, sutil’ (hablando de tejidos).

1.ª doc.: harfala, c. 1275, Gral. Est.1; halhara, 1606, R. Fontecha, Dicc.2; fárfara, Aut., «aquella telilla que tiene el huevo arrimada a la cáscara, por la parte interior, que abraza la clara y la hiema».

Cita además la loc. adverbial en fárfara, aplicada al huevo sin cáscara y con sola la fárfara, y también «para expresar que alguna cosa quedó a medio hacer o sin la última perfección». Todo indica que es variante fonética del mismo vocablo el artículo alara de dicho diccionario: «usase solo esta voz en esta phrase: huevo en alára, por la qual se entiende el huevo que pone... qualquier ave, o que se halla en su vientre, con la primera túnica solamente, blando, y sin aquella dureza de su cascara exterior». Cej. VII, § 109. Terr. agrega otra variante: «algara se llama en los huevos aquella telilla que tienen, y que poco a poco se va endureciendo y hace cascara; y así... dicen estar los huevos en algara; algunos la toman por lo mismo que la fárfara»; Acad., ya en 1843, admitió esta forma diciendo que es la telilla del huevo, cebolla, ajo, puerro, etc. El acento alára de Aut. y la falta de acento de ambas formas en las ediciones recientes del diccionario académico implicarían que estas formas son paroxítonas, pero no es conclusión segura, pues Aut. contiene inadvertencias en materia de acentos, en palabras poco frecuentes, y adviértase que Terr., que pudo ser la fuente de la última variante, olvida el acento de cascara y farfara. Eguílaz acentúa álara, pero tampoco es testimonio concluyente, y además cita inmediatamente a la Acad., como si fuese su única fuente de conocimiento del vocablo; por otra parte, este autor emplea la forma en jájara en el cuerpo del artículo que dedica a fárfara, y que será la pronunciación granadina del vocablo. Variantes: Palencia gárgula, zamor. fárfula, salm. falfa, extrem, fárfara, santand. y burg. fálfula, burg. álgara, ángara, Soria álara, segov. fárfara, gárgara, Ávila álgara, Castilla la Nueva fálfara, gálgara, álgara, falfa, and. gárgara, murc. gárgaro, bilb. fálfula (en Aragón binza, cat. tel de l’ou), RDTP II, 148-9; GdDD 3198.

En calidad de etimología para alara y algara propuso Dozy (Gloss., 56) el ár. ġalâla ‘telilla’, cuyo uso en Egipto atestigua Bocthor, s. v. pellicule, peau très mince; el sentido propio y ya antiguo era ‘túnica sutil y trasparente, para hombre o mujer’, «camisia de panno subtili» en R. Martí, empleada en este sentido en España y en varios autores vulgares (Dozy, Suppl. I, 220a). No habría gran dificultad fonética, pues existe en romance algún ejemplo de eliminación del ġ arábigo, aunque es fenómeno raro (V. ANDORRA), sea por haberse convertido en ain, sea en ȟa; entonces algara podría resultar de *algalala > *algala (haplología) > algara (disimilación). Eguílaz quiso hacer extensivo este étimo a fárfara, sin manifestar escrúpulos fonéticos, pero con razón se niega Steiger (Contr., 240n.2) a seguirle, pues aun admitiendo el paso hipotético de ġalâla a *ȟalâla, desde ahí sólo llegaríamos a *falara o a lo sumo *fálara, admitiendo una supuesta variante arábiga con otro vocalismo3. Por ello Steiger acepta el étimo propuesto por un anónimo en las ediciones recientes del diccionario académico: «ár. hálhal, tela sutil». Los diccionarios del árabe clásico registran, en efecto, este vocablo y su variante halhâl, pero sólo como adjetivo, junto al verbo hálhal ‘hacer muy claro y sutil (un tejido)’, ‘cerner (la harina) por un tejido sutil’. No habría gran dificultad en suponer que Ǥílda hálhala ‘piel sutil’ se abreviara y sustantivara en hálhala, y el paso de éste a fárfara, y dialectalmente a jájara, álara o álgara, sería natural4. Causa algún escrúpulo, sin embargo, la falta de hálhal y su familia en las fuentes del árabe vulgar (Dozy, PAlc., Bocthor, Lerchundi, Fagnan, Probst)5, aunque parece que en Argelia se emplea hoy el derivado muhálhal «délabré (vêtement, terrasse)» (Beaussier).

Quizá sea idéntico a nuestro vocablo el término alara mencionado entre varias clases de velos litúrgicos en un inventario de San Salvador de Vimaranes, del año 959, que Steiger (Festschrift Jud, p. 647) quiere presentar (sin lograr convencerme) como errata en lugar del alfagara, alhajara, de otros textos (ár. iǤâra ‘velo de altar’). Otra palabra que se roza con ésta es el gall. varfa «el filamento que se quita a la baya de las judías verdes y tirabeques, cuando se trata de utilizarlos para vianda» (que sólo encuentro en Vall. y no en portugués). Pero también se roza con gárbula, -gola ‘vaina de legumbre’, ‘simiente de lino’ y su étimo VÁLVULA y la -f-, que estorbaría para partir de VÁLVULA o de un étimo céltico, nos hace pensar en el sorotáptico. En efecto, es enorme la extensión en casi todas las familias indoeuropeas de palabras de la raíz ?EL- o ?EL?- o ?OL- ‘envolver’, para designar algo parecido al lat. VÁLVULA: scr. varútra, valliɅ, valayaɅ, arm. gelum, griego ?έλυτποv, ?έλυμος, ?έλ?αρ, ( > εƸλαρ), ?έλ?υμα (εƴλυμα) latín inuolūcrum, ualuŏla, uulua, lituano váltis. El sentido preciso de todo esto es a menudo ‘cubierta, envoltorio, funda’ ƒλυτρον, varútram, latín involucrum, ualuŏla) y cuando más se aleja es para llegar a ‘volumen’, ‘lo que rodea’ y tras la -L siguen muy variadas amplificaciones radicales (-tr-, -t-, -m-, -l-, -cr-, ȭ) y las hay todavía en -eis y en -er- ~ -or-; vid. Pok. IEW 1141-1144. Sería pues lícito y fácil admitir que un congénere de VÁLVULA hubiese pasado al lenguaje sorotáptico con la variante radical ?-BH o ??L-BHÀ¨, de donde sorot. *VALFA. Para la -r- de -l-, cf. arfiler, argazo. Como la etimología arábiga del cast. fárfara no ha quedado nada clara, y el gall. varfa difícilmente podría salir de dicho arabismo (por la v- y por razones geográficas) quedamos pues en duda entre el árabe y el sorotáptico.

1 «E membrana dizen en latín por el harfala del huevo», t. II, L, r. 221a.―

2 «Algarichi, la halhara de los huebos», fol. 8a.―

3 Una confusión de este *fálara con fárfara ‘tusilago’ sería muy inverosímil.―

4 Es verdad que estando las aa arábigas en tarqîq debería esperarse su paso a e; de todos modos, hay casos como alualualo (Neuvonen, p. 270), o el judesp. auarualás ‘albórbolas’. De ser auténtica la acentuación alára, algára, ese traslado de acento sería natural en el vulgar de España; además de que también se halla halhâl.―

5 El nombre árabe de la fárfara de huevo es hoy Ɋefâq en Marruecos (Lerchundi, s. v. algara), ȟárša en Egipto (Boqtor, s. v. pellicule au dedans d’un oeuf).